Convento que pertenecía a la provincia mínima de Aragón. Se fundó siendo Provincial (entonces de Valencia) el Padre Marcos de Noa, cuando se hicieron presentes en la villa los Padres Simón de Palacios y Juan de los Ángeles, a los que se cedió la ermita rupestre de Santa María de Gracia, situada a unos 5 kilómetros del pueblo. Tomaron posesión el 20 de enero de 1580. La imagen de la Virgen, situada sobre la puerta (fracasados portentosamente los intentos de trasladarla al altar mayor) fue siempre muy milagrosa (Montoya da noticia de algunos prodigios). Pero, dada la distancia de la villa y el corriente peligro de aislamiento en el invierno a causa de la nieve, el General Gregorio de Paula mandó que se dejase aquella casa. El pueblo, no queriendo prescindir de los mínimos, les ayudó en la edificación de un convento dentro de la villa, a donde pasaron procesionalmente el 1 de noviembre de 1595. El convento tenía que tener capacidad para 20 religiosos, quedando 4 en la antigua ermita. En 1627 el terciario don Jusepe de Sessé, regente de Aragón y bienhechor del convento de Zaragoza, impulsó con importante dotación la refundación del desierto y cueva de nuestra Señora de Gracia, con intención de retirarse en ella, reservándose, sin embargo, algunas prerrogativas importantes (como nombrar al vicario y 3 sacerdotes, de los 9 que, junto con 2 donados, habían de componer la comunidad). El acuerdo fue aprobado por el Capítulo General celebrado en Barcelona en 1629, en el que se reconoció como fundador al mencionado Jusepe junto con su hija María Sessé.
En 1795 la ermita se transformó en uan gran iglesia. Hoy sólo quedan las ruinas de santuario (fachada) y convento-hospedería (muros de carga), aunque el lugar es apreciado destino de visita turística y el primer fin de semana de mayo el pueblo celebra una festiva romería hasta el antiguo santuario. En cuanto al convento situado en el casco urbano, tras la exclaustración fue subastado por lotes; la iglesia fue primero convertida en vivienda y actualmente en su emplazamiento se encuentra un establecimiento de hostelería.
BIBLIOGRAFÍA:
Enrique Julve Salvadó, La Villa de La Fresneda a lo largo de la historia. Sus gentes, sus instituciones, sus monumentos, La Fresneda, 2006, pp.190-192 y 252-259.