Convento de Bruselas (Bruxelles)

Los inicios de los mínimos en Bruselas se remontan a 1616, teniendo como bienhechora y fundadora a Hélène de Sermoise, dama de honor de la archiduquesa Isabel, y como iniciador al Padre Jean Sauvage. En 1617 fue adquirido el terreno sobre el que se iniciaron las labores de edificación; el mismo año dio su conformidad el Capítulo General de la Orden reunido en Roma-Trinidad. La primera piedra de la iglesia la puso en 1621 la archiduquesa Isabel Clara Eugenia. Numerosos fueron los benefactores del convento; entre ellos, cabe citar a Claude Lamoral de la Tour, quien hizo construir el altar mayor; el marqués de Caracena donó una lámpara valorada en 2000 florines. En 1700 se dio inicio a una nueva iglesia de la que puso la primera piedra Maximiliano Manuel, duque y elector de Baviera, el 8 de noviembre (otros indican el 28 de octubre). La construcción se llevó adelante bajo el cuidado y el impulso del Padre Bressand; se terminó en 1715, aunque la fachada quedó inacabada. En 1710, en el Capítulo General celebrado en Génova, recibió título de fundador Alessandre Eugene de la Tour, quien pertenecía a la Tercera Orden mínima. También fue notable la generosidad del terciario Charles Joseph Maton, protonotario apostólico y capellán real. A la derecha había sido construida en 1660, sobre el emplazamiento de una antigua mancebía, una capilla independiente dedicada a la advocación lauretana, que lucía la curiosa inscripción: "Quae fuerant Veneris, nunc fiunt Virginis aedes".

Convento de Bruselas

En 1787 la comunidad fue agregada a la de los mínimos de Anderlecht. Aunque regresaron en 1790, los mínimos tuvieron que dejar definitivamente su convento bruselense en 1796. La iglesia, convertida en parroquia en 1803, estuvo mucho tiempo cerrada hasta que fue restaurada. Aún hoy sigue funcionando como parroquia de San Juan y San Esteban aux Minimes. El convento tuvo diversos usos. Fue almacén de artillería. En 1800 se estableció en él un taller de trabajo y caridad destinados a combatir la mendicidad; allí se fabricaban tejidos y ropas para hospitales, hospicios y otros establecimientos de beneficencia, así como sombreros de paja, empleando a centenares de individuos. En 1813 se trasladó a Lovaina. Sirvieron entonces las dependencias conventuales para la fábrica imperial de tabacos. Más tarde estuvo allí una imprenta litográfica y después un hospital militar. En una parte se puso una escuela de "enseignement mutuel" que seguía los métodos de Bell y Lancaster.

BIBLIOGRAFÍA: