El Convento de El Puerto de Santa María de la Orden de
los Mínimos pertenecía a la Provincia monástica de
Sevilla. Hacia 1502-1503
llegaron los mínimos al Puerto, instalándose en la ermita de San Roque. La
fundación del convento, que se intitularía a Nuestra Señora de la Victoria fue
auspiciada y en buena parte financiada por el Duque de Medinaceli y su
consorte (Juan de la Cerda y Mencia Manuel), pero se vio entorpecida por la
oposición del Obispado de Sevilla; para vencerla, hubo que recurrir a Roma;
en la Bula Dudum ad sacrum del papa
Julio II y fecha 28 de julio de 1506 se incluyó (en su párrafo 20) el que no
pudiesen ser molestados ni perturbados por el Arzobispo hispalense o sus
oficiales. Algunos indican que en las tratativas de fundación estuvo presente
fray Bernardo Boyl, mientras que otros, tal
vez más acertadamente, señalan al Padre
Abundancia como aquel que por parte de la Orden recibió la fundación. Las
fuentes mínimas señalan al Padre Juan Bosco como arquitecto de las primeras
obras de construcción, que se iniciaron en junio de 1504. En 1517 se instrumentó
públicamente la donación de lo que sería el patrimonio inicial de la comunidad
mínima, recibiéndola de parte de la Orden como Provincial el
Padre des Voisins. La construcción se hizo paulatinamente durante el siglo XVI y hasta bien
entrado el siglo XVII. Todavía en 1699 se concertaba la construcción de la sala
capitular. En 1680 se procedió a reconocer y amojonar todo el terreno que
correspondía al convento. Además, el complejo sufrió los daños correspondientes
a enfrentamientos bélicos; por ejemplo, el saqueo llevado a cabo por tropas
angloholandesas en el verano de 1702. A mediados del siglo XVII hubo
disensiones entre los mínimos, quienes pretendían que el convento fuese casa de
recolección, y la casa ducal, que defendía que desde el principio el convento
había de dedicarse a casa de estudios. A finales del siglo XVIII el convento
estaba habitado por 39 religiosos y tenían unas rentas estimadas en 41.739 reales.
Años después de la exclaustración, en el siglo XIX el
convento fue noviciado de los jesuitas. En 1868 pasó al Estado y posteriormente
se destinó a establecimiento penitenciario, uso que tuvo hasta 1981. Actualmente
se destina a usos culturales.
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