Convento de Mancera de Abajo
El convento de mínimos de Mancera fue fundado en 1602, siendo Provincial de Castilla el Padre Amoraga, por Pedro de Toledo y Leyva, primer marqués de Mancera, Virrey que fue después de Galicia y del Perú. Los mínimos se establecieron en un antiguo cenobio de carmelitas descalzos que había sido fundado por San Juan de la Cruz. Estaba intitulado a Nuestra Señora de la Asunción. En tiempos de Montoya lo habitaban 16 religiosos. En la iglesia conventual tuvo su enterramiento Antonio Sebastián de Toledo Salazar, marqués de Mancera y Virrey de Nueva España. En 1654 habitaban el convento 10 religiosos y 3 criados.
Tras la exclaustración del siglo XIX, el convento quedó abandonado, hasta que en 1943 fue reconstruido por Santa Maravillas de Jesús y sus compañeras carmelitas descalzas, quienes lo siguen habitando hoy. Se ha apuntado, aunque la opinión no es unánime, que el antiguo retablo de la iglesia conventual podría ser el que hoy se halla en la parroquial de Bóveda del Río Almar.