La primera piedra del convento de los Mínimos de Reggio fue bendecida en 1531 por Monseñor Geronimo Centelles, quien había donado el terreno. Contó con las donaciones de Giovan Paolo Francoperta y de numerosos devotos de San Francisco de Paula. Fue aceptado en el Capítulo General celebrado en Valencia en 1552. Según Montoya, el convento fue destruido por una incursión otomana. Fue reedificado en 1566 bajo el impulso del Arzobispo mínimo Del Fosso. En 1678 la Congregación de Ritos reconoció a San Francisco de Paula como patrón de la ciudad. En el terremoto de 1783 el convento sufrió graves daños y fue suprimido por la autoridad civil en virtud del decreto de 13 de abril de 1784, sin que fuera atendido el recurso presentado por el Procurador Padre Francesco Giacorno en 1798. El convento fue destinado a usos penitenciarios y la iglesia fue demolida en 1869.