Fray Juan de Santa María nació en La Laguna (Valladolid) hacia el año 1540. Tomó el hábito de religioso mínimo oblato en el convento de Nuestra Señora de la
Victoria de Seviilla en 1553. Estuvo los últimos 35 años de su vida en el convento de la Victoria de Jerez. Abstinente, mortificado, dedicado cotidianamente a la cuestación en Jerez y sus alrededores, tuvo el don de milagros (entre ellos la resurrección de una jovencita y una pesca abundante en un tiempo de carestía), así como los de profecía y consejo. Gozaba de tal popularidad entre la gente que a su muerte, acaecida el 2 de febrero de 1605, su cadáver estuvo expuesto durante tres días en la iglesia conventual. Se inició proceso diocesano sobre sus virtudes y milagros. En el
Capítulo General celebrado en Barcelona en 1629 el P.
Antonio Jiménez pidió que se prosiguiera la causa de beatificación. Un arcón con los restos de fray Juan, que se guardaban desde la Revolución de 1868 en la Parroquia de Santiago, se custodian desde 1891 en el actual Monasterio de Monjas
Mínimas de Jerez.
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Grabado representando a fray Juan de Santa María |