El Monasterio de Monjas Mínimas de Valls fue fundado en 1681 por la Reverenda Doña Basilisa de Pereyra y por las cofundadoras Madres Sor Susana de la Encarnación, Sor Mariángela del Niño Jesús, Sor Catalina de Cristo y Sor Raimunda de la Santísima Trinidad, monjas procedentes del
Monasterio de Barcelona.
Durante la ocupación francesa las monjas sufrieron varias exclaustraciones. Durante la guerra carlista la exclaustración duró once años. Además, dos monjas hermanas de sangre fueron encarceladas por el sencillo delito de tener un sobrino coronel carlista; una de ellas, Madre Ildefonsa, murió ejemplarmente en la cárcel de Selva del Camp.
En 1860 ingresó en este monasterio la venerable Sor Filomena Ferrer (Filomena de Santa Coloma). En 1867, siguiendo el ejemplo de Sor Filomena, la comunidad volvió a la observancia regular de la descalcez. En 1869 sufrieron una nueva exclaustración que duró sólo cuarenta y ocho horas y que había sido vaticinada por Sor Filomena.
En 1894 monjas de Valls llevaron a cabo la fundación del
monasterio de Mora d'Ebre, fundación pedida por el Sagrado Corazón a la venerable Sor Filomena.
El 21 de julio de 1936 tuvieron que abandonar el monasterio, que fue objeto de saqueo y destrucción. La comunidad volvió a reunirse en junio de 1939, en un piso de la calle San Antonio. Reconstruyeron parte del convento, pero lo reducido y céntrico del lugar no favorecía la vida contemplativa. Por ello, compraron una masía en las entonces afueras de Valls,
en el barrio de San José Obrero, que adaptaron progresivamente para uso religioso.
La inauguración del nuevo monasterio, presidida por el Arzobispo Benjamín
Arriba y Castro, tuvo lugar el 8 de enero de 1961.
Puerta de entrada al Monasterio actual