Alfonso Villamayor (o de Villamayor) era natural de Málaga (según Montoya) o de Granada (según Morales); nació en 1539. Ingresó en los Mínimos de jovencito y profesó en el
convento de Málaga
el 15 de noviembre de 1556. Fue
Lector de filosofía con sólo 23 años. Ocupó diversos cargos, entre ellos el de
Corrector
del
convento de Granada (1568 ó 1569). Participó como comisionado de la Provincia de Andalucía en el
Capítulo General de 1571, en el que presentó la petición de los descendientes de Pedro de Lucena de que se les concediesen las prerrogativas que a sus predecesores otorgó San Francisco de Paula. Participó en la misma condición de comisionado en el Capítulo de 1581, en el que fue elegido por unanimidad Corrector General, elección
confirmada por el Papa Gregorio XIII. Al Padre Villamayor se le alaba en las crónicas por su singular doctrina, su admirable mansedumbre y la atención, tanto material como espiritual, a los pobres.
Peyrinis (en sus Commentaria ascetica) cita de Villamayor una
exhortación a la santa oración ("fortísimo escudo contra el demonio, la carne y
el mundo; la que abre la puerta del cielo, la que, teniendo a Dios desafecto,
lo vuelve aplacado y benévolo"). Dejó escrito un memorial histórico que fue utilizado por fray
Juan de Morales en su Epítome. Después de cumplir el tiempo de su mandato como General, el Padre Alfonso Villamayor se retiró al
convento de Motril, donde vivió humildemente hasta su muerte acaecida en olor de santidad el 19 de marzo de 1593. Su cadáver fue sepultado primero en el claustro y en 1610 trasladado a la Capilla mayor.
El Corrector General P. Villamayor |