Religioso mínimo natural de Manresa. Destinado en el convento de su ciudad, donde desempeñó el cargo de sacristán, simpatizó abiertamente con las ideas liberales. En 1835 se hallaba destinado en el convento de Ponts y contribuyó a quebrantar y derruir el convento (se dice que se ocupó de echar a la plaza la campana conventual). Exclaustrado, se conducía pertrechado y armado como guardia nacional. Como hecho curioso se cuenta de él que, habiendo asediado las tropas carlistas del conde de España el templo y refugiados los defensores en el campanario, habiendo pretendido uno de estos rendirse, el Padre Cots lo cogió y lo lanzó a la calle desde una de las aberturas del campanario. Finalmente se retiró a Manresa primero y después acudió a Roma a reconciliarse, llevando desde entonces hasta su muerte una vida ejemplar.
BIBLIOGRAFÍA: