Natural del territorio de Amiens, el Padre Jean Francozet era ya sacerdote cuando ingresó en la Orden de los Mínimos. Profesó el 15 de junio de 1517. Alcanzó una oración eximia y una contemplación altísima, especialmente cuando meditaba sobre la Pasión del Señor, circunstancias en que a menudo prorrumpía en lágrimas. Gran amador del silencio, iba siempre compuesto y grave, siendo tan circunspecto que evitaba el trato con mujeres, de forma que no quería ni hablar con ellas ni verlas. Murió en Amiens dejando el recuerdo de sus virtudes el 10 de diciembre de 1552.
BIBLIOGRAFÍA: