Los inicios de la Orden de los Mínimos en Francia se remontan a la llegada de San Francisco de Paula a Tours en 1483, a petición del rey Luis XI y por obediencia al Papa Sixto IV. Muerto el rey Luis, Francisco de Paula no regresa a Italia, sino que decide quedarse en Francia, sea, como quiere la historiografía tradicional, porque los sucesores de Luis XI quieren retenerlo a su vera, sea (más probablemente) porque pensó que con el apoyo francés sería más viable lograr la aprobación de su Regla por parte de Roma. En cualquier caso, parece que es a partir de 1485 que comienza a recibir los primeros novicios franceses y se fundan los primeros cenobios (en Plessis-lès-Tours, Amboise, Gien, etc.). Tras la muerte de San Francisco, en la celebración del primer Capítulo General Francia tiene ya constituidas tres Provincias. Durante casi treinta años la Orden tendrá al frente esclusivamente Correctores Generales franceses (hasta 1535 en que es elegido el italiano Gaspare del Fosso). En la nación francesa, la Orden conocerá una rápida expansión, especialmente durante el siglo XVII. En 1765, iniciada ya la decadencia, en Francia los mínimos tenían constituidas 10 provincias (Tours, Francia o París, Aquitania, Lyon, Provenza, Champagne, Alvernia, Lorena, Borgoña-Ducado, Borgoña-Condado) con un total de 153 conventos y 975 religiosos. Con la Revolución la Orden desapareció de tierras francesas.
A mediados del siglo XIX hubo, con el apoyo del Obispo del lugar, un primer intento de restaurar la Orden en Marsella y llegó a implantarse una comunidad autóctona que, sin embargo, no llegó a subsistir más que ocho años. Un segundo intento se dio a partir de 1859 en Fréjus; frustrado primero, en 1874 se reemprende iniciándose la construcción de un convento nuevo; en 1880 se abandonará. El tercer intento se produce en la década de los sesenta del siglo XX, con fundaciones en Amiens y en Caen con mínimos italianos y algún español; duraron poco tiempo. A finales de siglo la Orden puso sus ojos en Plessis-lès-Tours, donde contaba con el apoyo de la "Asociation des Amis de Saint François de Paule", iniciando gestiones, avaladas expresamente por el Capítulo General, para la adquisición del antiguo convento; concordada ya la compra, hubo que vencer, incluso por vía jurídica, la oposición de algunas instituciones de la Administración. Finalmente, habiendo sufrido un incendio devastante en 2008, la finca fue adquirida en el año 2010. Sin embargo, el elevado coste de la rehabilitación, unido a la mengua de interés patente en los últimos Capítulos Generales y al número limitado de religiosos, parecen haber postergado el proyecto de reentrar en Francia.