Étienne Justice nació en Bar-sur-aube (Borgoña) hacia 1560. Dedicado a las labores del campo, después de un año de normal vida matrimonial, discutió una vez con su esposa y, en un acceso de ira, le lanzó un taburete que impactó contra la cabeza de la mujer, tan funestamente que murió a los pocos días. Étienne escapó a Roma para huir de las autoridades y tratar de obtener la absolución papal. En la ciudad eterna durante varios meses no hizo otra cosa que obras de penitencia y prácticas devocionales. Consiguió el perdón por medio del penitenciero apostólico y finalmente pidió ingresar como oblato en el convento mínimo de la Santísima Trinidad, donde se le recibió a prueba siendo corrector el Padre Augier y donde profesó el 15 de mayo de 1585 en manos del Padre Le Tellier. Llevó desde entonces una vida de obediencia, humildad, trabajo, oración y mortificaciones. Al cabo de un tiempo, enfermó de la vista y hacia 1590 quedó completamente ciego. Muy devoto de la Madre de Dios (el Padre Mathieu Martin lo alaba especialmente en esto) y de la mártir santa Úrsula, fue favorecido con apariciones y visiones celestiales, su penitencia fue tenaz y extrema, su paciencia admirable, frecuentes sus luchas con el demonio. Instruido en la oración, aunque carente de estudios, hablaba sorprendentemente de los misterios de la fe con la sabiduría propia de un teólogo. Algunos de sus discursos al respecto (relativos a la santísima Trinidad, a la creación del hombre, a la Inmaculada Concepción de María) fueron por él dictados y puestos por escrito (hoy se han perdido). No siempre fue comprendido por confesores y directores espirituales. Su fama de visionario le reportó tanto entusiasmados admiradores como enemigos recalcitrantes. Se dice que sus escritos fueron leídos por dos grandes religiosas: una agustina de Roma (Sor Ana María) y la venerable Úrsula Benincasa, de Nápoles; ambas dieron su aprobación calificando a fray Étienne de "gran secretario de Dios". Tuvo también don de profecía. Además, quedaron por escrito algunas revelaciones recibidas en la oración, tan curiosas como enigmáticas. Contó con la estima del Papa Clemente VIII, quien varias veces le visitó en el convento mínimo. Falleció de una apoplejía el 17 de septiembre de 1612. El Padre Vatronville, que le había tratado familiarmente, compuso en 1619 una oración y un anagrama. Su vida fue escrita en latín por el Padre Rouillart hacia 1618; el Padre Dony d'Attichy pudo servirse de ella, pero actualmente esta obra se halla perdida.
BIBLIOGRAFÍA:
Lucas de Montoya, Coronica General de la Orden de los Mínimos de S.Francisco de Paula, Madrid, 1619, Libro Tercero, p.226.
Louis Dony d'Attichy, Histoire générale de l'Ordre sacré des Minimes, vol. I, París, 1624, pp.428-454.
Giuseppe M. Roberti, Disegno storico dell'Ordine de'Minimi, vol. II, Roma, 1908, pp.391-395.
Alain Rauwel, «Etiene Justice, le saint redécouvert», en Yves Bruley (dtor), La Trinité-des-Monts redécouverte. Arts, foi et culture, Roma, 2002, pp.120-121.
Charles-Pierre Martin, Histoire du Couvent Royal des Minimes français de la très sainte Trinité sur le mont Pincius à Rome, Roma, 2018, pp.695-711.