Jerónimo Hernández de Molina


Nació en Molina de Aragón hacia 1512. Entró muy joven en la Orden de los Mínimos, en el convento de San Sebastián de Valencia, iniciando un tenor de vida penitencial que guardó hasta la vejez. Fue enviado a Italia, donde estuvo al frente de la casa de Milán, contando con la estima de San Carlos Borromeo. Antes de volver a su provincia originaria de Valencia, estuvo unos años en la de Castilla, ocupando diversos Correctorados, entre ellos el de Madrid. Gozó también de la amistad del arzobispo San Juan de Ribera; se cuenta que cuando éste le invitaba a comer, el Padre Hernández se llenaba las mangas del hábito con panes para los pobres. Se le recuerda especialmente por su caridad hacia los necesitados. Fue confesor de Sor Gracia de Valencia. Se dice que en 1599 el rey Felipe III, visitando el convento de San Sebastián, quiso expresamente conversar con el Padre Hernández. Este falleció en Valencia en 1609, haciéndose presente en sus exequias una gran multitud de pobres agradecidos.


BIBLIOGRAFÍA: